¿Qué se quiere conseguir? ¿Qué tipo de ecosistema se quiere recuperar? Los objetivos en una restauración tienen que ser claros y realizables, sobre todo porque deben cumplirse a medio y largo plazo. Se necesita un enfoque integral, con criterios ecológicos, pero también socioeconómicos y culturales.

Luego de ocurrido un incendio es importante evitar la pérdida de suelos. El suelo queda sumamente desprotegido y frágil. Por ello, cualquier intervención sobre ese suelo debe estar bien planificada. Pasos para proteger suelos luego de un incendio: 

Preparar el terreno para las lluvias: evitar erosión hídrica y mejorar retención de agua

Esto es importante, ya que los árboles y arbustos actúan como un manto protector del suelo frente a las lluvias. Los terrenos arrasados por las llamas quedarán sin protección, por lo que la lluvia caerá directamente sobre la tierra modificando las vías de escape de agua que presenta el terreno de forma natural, lo que puede provocar inundaciones. Para proteger el terreno se recomienda la construcción de pequeñas presas, zanjas y diques de contención que actúen como barrera en terrenos que superen el 10% de desnivel, así como la elaboración de cauces para controlar aluviones.

Construir fajas de retención con ramas de árboles y arbustos quemados, atenuanado el escurrimiento de agua y permitiendo con esto mayor infiltración. La posición de las fajas será perpendicular a la pendiente. También se pueden utilizar piedras a modo de cordón.fotos2

Retirar la madera quemada.

Limpiar la zona afectada retirando el exceso de madera quemada así como cualquier otro tipo de desecho. Si dejamos algunos árboles y arbustos quemados en pie, favorecemos que las aves se posen sobre ellas para defecar semillas, ayudando a enriquecer la biodiversidad del sistema.

Por otro lado, los restos de árboles y arbustos quemados sirven como apoyo para enredaderas, nidos de aves y refugio para insectos.

También se puede utilizar chipeadora para reducir el exceso de desechos al mínimo ahorrando espacio.

Aportar materia orgánica al suelo.

Dispersar en el terreno ramas, guano, materia orgánica y restos vegetales traídos de lugares que no hayan sido afectados. Se recomienda favorecer la vegetación herbácea cubre suelo dando tiempo a que se reinstale fauna de forma natural.

Proyecto de repoblación.

Elaborar un proyecto de reforestación. Para hacer esto hay que tomar muestras del terreno y planificar bien dicha reforestación. Desde el número de árboles que se plantarán por hectárea hasta la especie de los mismos. Hay quien considera que los bosques deberían estar compuestos por diversas especies de árboles, ya que ello evitaría la rápida propagación del fuego.

 

Algunas consideraciones:

Define los Objetivos

¿Qué se quiere conseguir? ¿Qué tipo de ecosistema se quiere recuperar? Los objetivos en una restauración tienen que ser claros y realizables, sobre todo porque deben cumplirse a medio y largo plazo. Se necesita un enfoque integral, con criterios ecológicos, pero también socioeconómicos y culturales. Los objetivos a largo plazo no deben, por tanto, desmarcarse de los usos y aprovechamientos tradicionales o del desarrollo local previsible en el futuro. En este sentido, un paso determinante en la restauración es la identificación de los llamados “ecosistemas de referencia” o las referencias que van a servir de modelo para planear el proyecto de restauración y, más adelante, para su evaluación.

Restaurar es más que Plantar

Existe la percepción social de que hay que plantar árboles, cuantos más mejor. La repoblación es una técnica útil, que busca recuperar la cubierta vegetal allá donde se ha perdido, pero la recuperación de un ecosistema degradado es mucho más que eso. A veces ni siquiera es necesario plantar, porque la naturaleza tiene una capacidad enorme de regenerarse si la ayudamos. Algunas medidas para favorecer la regeneración natural o evitar procesos erosivos (siembras, tratamientos selvícolas, enmiendas orgánicas…) pueden ofrecer en ocasiones mejores resultados y menores costes. También pueden ser muy beneficiosas las acciones dirigidas a la fauna, como el fomento de zonas de alimentación, refugio y cría donde se pueden establecer especies animales que ayuden a la dispersión de semillas.

Manejo sustentable

Un bosque bien manejado genera el máximo de productos en forma permanente y en el largo plazo. En el caso del bosque nativo, mediante una buena intervención forestal (raleo) se extraen aquellos árboles que impiden un adecuado crecimiento del bosque futuro o aquellos árboles que por forma o sanidad no vale la pena que sigan creciendo, los que en gran proporción se destinan a leña. De esta forma, cada vez que se cortan árboles, se los vuelve a plantar.

Una característica del buen manejo de los bosques es que se mantiene una cubierta de árboles permanente, la que permite el continuo abastecimiento de agua de calidad, protege los suelos de la erosión, mantiene la diversidad biológica, brinda plantas medicinales, frutos y hongos comestibles, permite la recreación y el desarrollo de otras actividades productivas -como la venta de leña obtenida de raleos-, habilitación de espacios turísticos, visitas guiadas, granjas educativas, venta de plantas nativas, talleres de cultivo nativo, etc. Un buen manejo y uso puede dar muchas fuentes de ingreso y trabajo a un gran número de personas.

Enlaces de interés:

SciELO: Recuperar bosques no es solo plantar árboles

País Circular: Familias de Tirúa desarrollan proyecto de restauración de bosque nativo para hacer frente a la crisis hídrica que vive el territorio

WWF: Manual de restauración forestal

U. Chile: Propuesta de restauración ecológica en matorral y bosque esclerófilo degradado

 

 

 

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